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viernes, 5 de agosto de 2011

Introducción

Desde mediados del siglo XX (principalmente con el surgimiento de la televisión) se hicieron presentes en nuestra comunidad los estereotipos, generados durante años, de las condiciones de vida. Esos antiguos arquetipos han y están condicionando la progresión de la mujer en la sociedad. La mujer sigue siendo identificada por su cuerpo, sus relaciones y su belleza, destacan aquellas que posean estas cualidades, aunque carezcan de poca formación y de poca inteligencia.
 En esta labor los medios de comunicación juegan un papel primordial. Los medios de comunicación como portavoces de la opinión pública deben elaborar un discurso que sea favorable para lo sociedad, pero la realidad desgraciadamente es otra, ya que la prensa, la radio y la televisi6n, en lugar de emitir un mensaje social de progreso, se dedican a retrasar a la sociedad, ya que para vender sus productos hacen uso de los estereotipos.
Los medios de comunicación, debido a su estructura empresarial, no reflejan ciertos de la realidad, sino solo aquellas zonas que les parecen más oportunas resaltar según sus intereses sociales, políticos y económicos. Los medios de comunicación difunden una cultura con la cual los miembros de la sociedad se deben familiarizar para no caer en un vacío existencial que les separe de un grupo. Hoy en día es prácticamente imposible no verse afectado por la imagen de los medios. Independientemente del motivo de la imagen su objetivo es captar la atención de todo aquel a quien le llega.
 Quien más ataca a la mujer creando estereotipos en la sociedad y presentándola como un mero objeto sexista es la publicidad y el marketing. Una de las prácticas más habituales de la publicidad desde sus comienzos ha sido reducir a la mujer a un simple objeto, dentro de todo el contenido publicitario. Presentan a la mujer de diversas formas, dependiendo del contenido de los anuncios y de su objetivo. Una  de las imágenes que da la publicidad de la mujer es la típica delgada, bella, de cuerpo deslumbrante, seductora y sin identidad propia. Este tipo de mujeres sólo ponen su cuerpo y su belleza en el anuncio publicitario al servicio de la satisfacción de los hombres. Las empresas de bebidas alcohólicas y tabaco son dos ejemplos de las muchas empresas que explotan esta imagen de la mujer en la publicidad. De esta manera acentúan los aspectos negativos de la mujer que no representan lo que es el género femenino en realidad, a pesar de que muestren a la mujer como muy bella. De esta manera se crean estereotipos que perjudican a la sociedad femenina.
Los estereotipos sociales y los arquetipos femeninos y masculinos se crean, recrean y difunden a todas horas en los programas de televisión y estos no son la realidad, sino el efecto de una mediación sobre esa realidad.
 Como consecuencia se crea una obsesión por ser como las mujeres presentadas por la publicidad, debido al deseo de ser igual de delgadas que estas mujeres, pensando de este modo que podrían llegar a ser igual de bellas que ellas, sin tener en cuenta en ningún momento que dichas mujeres son excesivamente delgada. Estas obsesiones  afectan de una manera preocupante y derivan en la necesidad urgente por adelgazar acudiendo a las dietas y en centenares de ocasiones sin necesidad alguna de ello, lo que desgraciadamente en el mayor número de los casos conlleva problemas alimenticios como la anorexia y la bulimia.
Con el objetivo de tener un cuerpo escultural y poseer los cánones de la belleza que imperan en nuestra sociedad, cada vez más personas se ven afectadas por enfermedades de este tipo y cada vez hay más personas que rechazan a su propio cuerpo, avergonzándose de él. Por esto, es necesario profundizar en este tema para informarnos e informar a los demás y de esta forma lograr hacer conciencia. Es indispensable, hoy en día, lograr un cambo en el cual la mujer ya no se vea tan fuertemente afectada y en el cual se cree un equilibrio social que nos permita a todos vivir en armonía como sociedad.






Fuente:
J. Carlos Suárez, Estereotipos de la mujer en la comunicación, p.2

www.educar.org/articulos/bulimiayanorexia.asp

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